Hoy pasé el susto de mi vida. El Mati se tragó una astilla (parecida a la planta que está en la foto) y le quedó en la garganta. No dejó de respirar, pero se veÃa que le molestaba mucho. Asà que no nos quedó otra que llevarlo a la clÃnica. Le hicieron una laringoscopÃa muy sencilla y salió de inmediato y sin complicaciones la famosa astilla. Al principio pensamos que era una moneda o un pedazo de juguete, pero gracias a Dios no fue más grave. De todas maneras la doctora nos dijo que de haberse movido un poquito más la astilla, habrÃa sido más problema y habrÃa ahogado a mi pequeñito.
De esta horrible experiencia hemos aprendido varias cosas:
1. Que no tenemos clara las maneobras que deben hacerse en este caso para un niño pequeño.
2. Que hay que mantener el ambiente lo más seguro posible, incluso de aquellos detallitos.
3. Que si se está calmado es más controlable la situación.
4. Que hay que tener un plan para distintos casos de emergencia con niños, si vamos al hospital público que está más lejos o a la clÃnica que está más cerca pero que es muy costosa.
5. Que hay que tener un ahorro para emergencias grandes.
6. Que Dios está en control en todo momento. Juank habÃa salido a comprar pero se devolvió justo antes de que sucediera el accidente. Sólo puedo atribuirlo a la misericordia de Dios.
No les miento, no fue tan grave al principio, pero si hubiéramos esperado más las cosas se habrÃan complicado mucho, y como no quisimos arriesgarnos, fuimos directamente a la clÃnica. Y aunque la intervención nos costó un sueldo mÃnimo, estamos seguros que fue la mejor decisión.
A los doctores, nuestros sinceros agradecimientos, pero a Dios sea toda la Gloria!
Ale
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