Estaba viendo a mi hijo de 2 años y medio jugando muy tranquilo en la mañana. Hace tiempo se me ocurrió guardar un grupo de sus juguetes porque dejaba todo tirado y eso me ponía de mal humor. Pero hoy dejé que los usara y me sorprendió con la tranquilidad e ingenio con que los manipulaba y no pude evitar preguntarme ¿Este es el niño a quién yo siempre regaño por desordenado y desobediente? ¿Es este mismo? 

Porque, vamos a ser sinceros, cuando Mati y yo vamos a la iglesia, al doctor o a otros lugares públicos, no se comporta tan tranquilo. Y eso me hizo pensar en que en casa tiene todo adaptado para jugar libremente. No hay grandes peligros porque nos hemos preocupado de ello, pero cuando salimos trato de que ni se mueva de mi lado.

Me he dado cuenta que los niños pequeñitos que son inquietos tienen su inteligencia desarrollándose a máxima velocidad, a veces creemos que solo causan problemas, pero mi hijo no es agresivo ni destructivo, sólo es inquieto. Quiere tocar todo, ir de un lado para el otro y cosas así, pero no es para tanto. Por eso estuve pensando que lo he regañado y controlado demasiado para que se amolde a los distintos contextos cuando salimos de casa, lo cual puede ser bueno por un lado, pero cuando comienza a portarse triste o aburrido creo que en ese momento ha llegado el límite. 

Pero ¿Cómo saber cuál es la manera correcta de actuar como madre? Él tiene que comportarse en lugares públicos, pero a veces siento que le pido demasiado para la edad que tiene.