Estoy de regreso de la casa de mi abuelita paterna que está en la última escala de su vida. Es un poco triste, pero está tranquila. Siempre ha gozado de buena salud asà que a pesar de sus 93 años, está bien. Dice que no le duele nada y cuando le llevé a mi bebé para que lo viera, no dejaba de repetir "¡Que bonito está!" y una linda sonrisa se dibujó en su rostro.
Además, estoy muy contenta porque le hablé de Jesús y me dijo que confiaba en Él, porque "Él es Dios" y le conté que vamos a estar con Él para siempre y sobre las calles de oro y del mar de cristal que nos esperan algún dÃa.
Además, estoy muy contenta porque le hablé de Jesús y me dijo que confiaba en Él, porque "Él es Dios" y le conté que vamos a estar con Él para siempre y sobre las calles de oro y del mar de cristal que nos esperan algún dÃa.
Ruego a Dios para que le de la paz que necesita y que sea feliz en este tiempo.
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