Ayer salí con mi hijito al centro de la ciudad, paseamos y luego tuve que dejarlo con Juank para ir a un ensayo de coro muy importante. Y en el camino me sentía tan extraña, como si me faltar algo, incluso me dio un poco de tristeza. Luego, reflexioné al respecto y me puse a pensar que cuando sentimos los brazos vacíos no es del todo malo, porque nos permiten estar dispuestos a recibir.

Esta navidad, aprovecha las instancias de los regalos y piensa que el entregar amor, te permite recibir amor, el entregar un regalo, te permitirá recibir uno a cambio, el entregar tu corazón a Dios te permitirá recibir todo su amor y todas sus bendiciones que Él tiene especialmente para ti, las ha guardo todo ese tiempo en que has tenido los brazos ocupados. Sólo tienes que vaciar tus brazos, vaciar tu corazón de todo lo que te aleja de Él y Él llenará tu corazón con su amor.

Porque no sólo de pan vivirá el hombre! y no solo de regalos esta navidad, porque la navidad es más que un lindo obsequio y estar en familia...