No hay personas comunes y corrientes. Tú nunca has hablado con un simple mortal", escribió C.S. Lewis. Eso es cierto, porque cada uno de nosotros es una creación especial de Dios.
Créalo o no, nadie es igual a ti. Tu apariencia física, tu voz y los rasgos de tu personalidad (costumbres, inteligencia, gustos personales) hacen de ti una creación exclusiva. Hasta tus huellas digitales te distinguen de todos los demás seres humanos pasados, presentes o futuros. Tú no eres el producto de alguna línea de montaje cósmica.Pero el aspecto más importante de tu identidad es que Dios te creó a su propia imagen.
Cuando confiamos en Jesucristo y le permitimos que ponga en orden nuestra vida, la Biblia dice que llegamos a ser "hechura suya, creados en Cristo Jesús" ¿Puede alguien ser más importante que eso? ¡Somos la obra maestra de Dios!¡Sí, tú eres valioso para Dios! Si nunca has confiado en Jesucristo para tu salvación, hoy puedes aceptar su amor por ti.Dios te considera tan importante que no te obliga a que aceptes su amor. Tienes que decidir por ti mismo si lo recibes o no.
"A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser HECHOS HIJOS DE DIOS".
Él te hizo de modo que puedas participar de su creación, así como amar y reír, y conocer a Dios cara a cara. ¡Tú eres en verdad una persona importante!La Biblia revela cómo Dios se interesa en ti como persona. El salmista escribió en una de sus má hermosas oraciones: "Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras". Dios te conocía aun antes de que nacieras. Entonces y ahora, Él tiene planes para ti, concebidos con amor.A medida que apreciamos el constante interés de Dios por nosotros, comenzamos a comprender cuán horrible es el pecado.
Él te ama muchísimo y a mí también. Sin embargo, con demasiada frecuencia hacemos lo que nos parece, dándole a Dios la espalda. Por eso se interrumpen sus designios para nosotros. Sus misericordias no alcanzan a los que no están dispuestos a aceptarlas.Pero aún así somos valiosos para Dios, porque Él sigue amándonos aun cuando no le prestemos atención. Todavía nos ve como personas de gran valor. No es de sorprenderse entonces que el salmista escribiera: "¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; despierto, y aún estoy contigo."Dios no es un monarca celestial cruel e indiferente. Él siente tus aflicciones. Él comparte tu dolor. Él se interesa por sus criaturas, nos ama y considera que cada uno de nosotros es muy importante.
En realida, Él te ama tanto que dió a su Hijo Unigénito para que muriera por tus pecados y por la naturaleza pecaminosa que tenemos gracias al primer hombre que pecó.La Biblia dice: "En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos ama tanto que envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados."Por tanto tú y yo somos importantes para Dios, Él quiere perdonarnos y darnos una vida y significativa.
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