Confesiones

La verdadera libertad

17.7.06

La mayoría de las veces en que estudiamos la historia universal vemos como los pueblos del mundo exigen su derecho a la libertad.

Hoy, sin ir más lejos, la juventud EXIGE la libertad de expresión, el derecho a la educación, etc. Pero, esto me hace pensar: ¿Tenemos derecho a exigir algo como esto? ¿Por qué deseamos tanto la libertad? Cuando miro hacia atrás y veo mi vida pasada, me doy cuenta que en mi pubertad (puber=persona que le falta madurar) como muchos, también exigí y anhelé la libertad de hacer lo que se me diera la gana.

Hoy, al ver esa escena (tan deprimente en mi caso) pude darme cuenta que era muy extraño lo que estaba exigiendo. Mis padres me lo daban todo (y no eran millonarios), se preocupaban por mi bienestar personal y físico, me advertían de los peliros y de las personas, me colocaban límites y dentro de todo eso, aún tenía libertad. ¡De eso se trata! La libertad no es libertinaje, no es hacer lo que se te viene en gana, es m`´as bien, ser capaz de decidir por ti mismo el camino que más te gusta.
Y¿no es eso acaso lo que Dios nos da como Libre Albedrío? Él aborrece el libertinaje, porque nos hace daño, nos lo prohibe, porque nos ama y nuestros padres también. Lo que puedo sacar en limpio de todo esto es que HE BUSCADO INUTILMENTE UNA LIBERTAD QUE SIEMPRE TUVE! Ahora tengo la responsabilidad que eso implica: elegir el mejor camino. Alguinos pueden creer que estoy mal influenciada y otros me apoyarán en esto: Yo elegí el mejor camino de todos, el más seguro en todo. Un camino lleno de amor y de esperanza ¿Cuál?

Este es un camino de pureza, rectitud, sabiduría, misericordia y amor. He experimentado un cambio del porte de un buque, nadie podría imaginarme hace años amargada y rebelde con mis padres, totalmente perdida. Pero hay alguien que me sacó del peligro, de ese sufrimiento pasa darmelo TODO. ¿Quién es el único que pudo hacer eso por mí? Jesús de Nazaret.

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