Bueno, a veces o tal vez la mayorÃa de las veces que nos vemos en el espejo vemos lo que los demás ven de nosotros. Algunos dicen que "el espejo no miente" y tienen razón. Sin embargo, en ese reflejo siempre hay cosas que los demás no ven. Cuando te maquillas o te arreglas un poco tratas de ocultar aquellas cosas que no te gustarÃan que otros vieran de ti ¿Verdad? Pero lo cierto es que aquellas cosas malas no desaparecen del todo, solamente están ocultas gracias a aquellos trucos de belleza que aplicaste.
A lo que me refiero es que cuando nos vemos en el espejo cada uno de nosotros sabe perfectamente lo que no le gusta de sà mismo y lo que prefiere que otros no vean, tratamos de ocultarlo pero hay personas suspicaces que se dan cuenta de todos modos. En la vida espiritual es lo mismo. La Biblia dice "no hay nada oculto que no haya de ser descubierto" Mateo 10:26 y llega a dar terror esa frase cuando la aplicas a tu propia vida... es increible que Dios sepa todo, que lo vea todo, pero es asÃ, para Dios nada está oculto, él es omnisciente, todo lo sabe y eso a veces también da terror.
Pero Dios que es Santo y sin mancha alguna dio a su Único Hijo Jesucristo para que viniera a este mundo a morir por nosotros los sucios, los que se alejaron de Dios, los pecadores. Vino para rescatarno del mal y de todas estas cosas que nos hacen sufrir, incluyendo nuestras fallas, aquellas que vemos todos los dÃas en el espejo y no me refiero a aquellas fallas fÃsicas sino espirituales, aquellas cosas que hacemos y que nos dan vergüenza, todas esas cosas que ocultamos a los demás, pero que Dios conoce de todas formas.
Dios nos ama tal y como somos pero no ama aquello que nos mancha y daña tanto nuestra imagen como nuestro corazón. Dios quiere que volvamos a Él aún cuando hayamos cometido un error ya sea ahora mismo como los de hace un tiempo atrás. Dios siempre tiene tiempo para ti y para mÃ, siempre está esperando que volvamos a Él, como cuando tu mamá o papá siempre espera que lo llames por teléfono o lo vayas a visitar. Dios nos ama aunque el reflejo del espejo sea feo ante nuestros ojos y ante los suyos. Incluso Él nos dice que podemos acudir a Él para "ser limpios de toda maldad"1 Juan 1:9. Porque aunque lo creas o no la maldad está en nosotros siempre. Por eso Cristo vino, para justificarnos ante el Padre Celestial respecto de nuestras manchas. Su Palabra dice que si nuestros pecados fueran rojos como el carmesÃ, vendrán a ser como blanca lana, IsaÃas 1:18 es decir, nos limpiará para que podamor entrar al Cielo.
Asà que cuando te sientas afligido o le falles a Dios, piensa que Él te está esperando siempre, para que te reconcilies con Él y puedas tener paz en tu corazón, sentirte limpio y que cuando veas tu reflejo en el espejo puedas ver en ti el carácter de Jesucristo.
Piénsalo...
Foto: la bruja del bosque, Snow white, de Disney
Y por qué no decirlo, quejándome un poco también de tantas cosas que no puedo hacer, como ponerme mi ropa más linda, comer cualquier cosa que se me ocurra, tomar café helado (uff, lo extraño), moverme con más libertad, abrazar a mi esposo sin que mi abdomen se interponga jiji, pero sobre todo extraño comer de todo.
Y hasta aquà llega mi reflexión de hoy, ya que, para variar, tengo hambre otra vez...
voy por un bocadillo...
Hasta la próxima.
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
2 Lávame más y más de mi maldad,
Y lÃmpiame de mi pecado.
3 Porque yo reconozco mis rebeliones,
Y mi pecado está siempre delante de mÃ.
4 Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.)"
5 He aquÃ, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.
6 He aquÃ, tú amas la verdad en lo Ãntimo,
Y en lo secreto me has hecho comprender sabidurÃa.
7 PurifÃcame con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve.
8 Hazme oÃr gozo y alegrÃa,
Y se recrearán los huesos que has abatido.
9 Esconde tu rostro de mis pecados,
Y borra todas mis maldades.
10 Crea en mÃ, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espÃritu recto dentro de mÃ.
11 No me eches de delante de ti,
Y no quites de mà tu santo EspÃritu.
12 Vuélveme el gozo de tu salvación,
Y espÃritu noble me sustente.
13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos,
Y los pecadores se convertirán a ti.
14 LÃbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;
Cantará mi lengua tu justicia.
15 Señor, abre mis labios,
Y publicará mi boca tu alabanza.
16 Porque no quieres sacrificio, que yo lo darÃa;
No quieres holocausto.
17 Los sacrificios de Dios son el espÃritu quebrantado;
Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
18 Haz bien con tu benevolencia a Sion;
Edifica los muros de Jerusalén.
19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,
El holocausto u ofrenda del todo quemada;
Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.